Hola, François. Gracias por tus palabras que nos recuerdan la relevancia del sector que tan bien dominas. Me gustaría comentarte que el Master de Comunicación y Periodismo Gastronómico de The Foodie Studies ha contado desde el curso 2013/2014 hasta el curso 2018/2019 con un módulo de vino y otras bebidas dirigido por JuanMa Ruiz en el que también ha participado Raquel Pardo. En el segundo cuatrimestre de este curso (22/23) tenemos previsto de nuevo clases de esta temática pues nuestro contenido formativo se ajusta a las necesidades de nuestro alumnado y este año tenemos a dos expertos en la materia. Sin embargo, por ahora no hemos abordado directamente el mundo de la coctelería (sí indirectamente en el módulo dedicado a la escritura creativa). Sobre Mueble Bar oí hablar muy bien a Curro Lucas, profesor del Master, quien comentó que lo reseñaría.
Por cierto, la puerta de The Foodie Studies siempre está abierta a la colaboración y, de hecho, tenemos en marcha un Congreso dedicado a la relectura gastronómica para el que aún nadie ha hablado de Kingsley Amis...
Con respecto al periodismo gastronómico, tiempo al tiempo (¡Cuánto ha cambiado y para mucho mejor desde que comencé en el año 2000!)
Gracias por tu comentario, Yanet, y perdona la tardanza en contestarte, ha sido una semana intensa.
Enhorabuena, por supuesto, por tu trabajo con el Master. Varios antiguos alumnos me han hablado maravillas. Aunque quizás no esté claro al leer el artículo, mi comentario no es tanto una critica a la consideración que se nos tiene en el gremio como la puesta en negro y blanco de una obviada: ya que en las publicaciones gastro los destilados / la coctelería no se toman en serio / son oportunidades para ingresos publicitarios, ¿como esperar que el resto del gremio nos tome en serio?
Estoy de acuerdo que, en términos de talento, estamos mejor que hace años: han llegado nuevas voces, el periodismo gastronómico no es ya tan viejuno que hace no tanto. Es digno de celebrar. Pero a pesar de esto, no estamos en posición en España de ‘producir’ algo como, por ejemplo, el Eating to Extinction de Dan Saladino. No por no tener gente capacitada por hacerlo, sino por no tener el apoyo necesario para conseguirlo. Demasiada gente acaba escribiendo un libro por una marca porque la marca les paga en lugar de escribir el libro que « han nacido por escribir » ya que la editorial les daría una miseria. Y a esta situación, desgraciadamente, no le veo solución ni a medio plazo.
Jaibol cerrando el año a lo grande. Ojalá vuelva en 2023 con toda esta fuerza
Touché!
Bravo.
Hola, François. Gracias por tus palabras que nos recuerdan la relevancia del sector que tan bien dominas. Me gustaría comentarte que el Master de Comunicación y Periodismo Gastronómico de The Foodie Studies ha contado desde el curso 2013/2014 hasta el curso 2018/2019 con un módulo de vino y otras bebidas dirigido por JuanMa Ruiz en el que también ha participado Raquel Pardo. En el segundo cuatrimestre de este curso (22/23) tenemos previsto de nuevo clases de esta temática pues nuestro contenido formativo se ajusta a las necesidades de nuestro alumnado y este año tenemos a dos expertos en la materia. Sin embargo, por ahora no hemos abordado directamente el mundo de la coctelería (sí indirectamente en el módulo dedicado a la escritura creativa). Sobre Mueble Bar oí hablar muy bien a Curro Lucas, profesor del Master, quien comentó que lo reseñaría.
Por cierto, la puerta de The Foodie Studies siempre está abierta a la colaboración y, de hecho, tenemos en marcha un Congreso dedicado a la relectura gastronómica para el que aún nadie ha hablado de Kingsley Amis...
Con respecto al periodismo gastronómico, tiempo al tiempo (¡Cuánto ha cambiado y para mucho mejor desde que comencé en el año 2000!)
¡Seguimos!
Gracias por tu comentario, Yanet, y perdona la tardanza en contestarte, ha sido una semana intensa.
Enhorabuena, por supuesto, por tu trabajo con el Master. Varios antiguos alumnos me han hablado maravillas. Aunque quizás no esté claro al leer el artículo, mi comentario no es tanto una critica a la consideración que se nos tiene en el gremio como la puesta en negro y blanco de una obviada: ya que en las publicaciones gastro los destilados / la coctelería no se toman en serio / son oportunidades para ingresos publicitarios, ¿como esperar que el resto del gremio nos tome en serio?
Estoy de acuerdo que, en términos de talento, estamos mejor que hace años: han llegado nuevas voces, el periodismo gastronómico no es ya tan viejuno que hace no tanto. Es digno de celebrar. Pero a pesar de esto, no estamos en posición en España de ‘producir’ algo como, por ejemplo, el Eating to Extinction de Dan Saladino. No por no tener gente capacitada por hacerlo, sino por no tener el apoyo necesario para conseguirlo. Demasiada gente acaba escribiendo un libro por una marca porque la marca les paga en lugar de escribir el libro que « han nacido por escribir » ya que la editorial les daría una miseria. Y a esta situación, desgraciadamente, no le veo solución ni a medio plazo.
Estoy de acuerdo.