La cesta de Jaibol
Regalos cocteleros - Libros y destilados
Hace unos días recibí una cesta para celebrar el decimoquinto aniversario de Nightjar, el bar de Londres. Dentro había: una botella de Toronto, un cóctel que ha estado en la carta del establecimiento desde la apertura; la carta de tragos del aniversario; una baraja ilustrada con cócteles, y un magnífico vaso mezclador. No era una cesta de Navidad, pero no creo que vaya a recibir algo mejor en las próximas semanas.
A falta de poder proponerte una cesta Jaibol, te propongo una selección de posibles regalos para aquellas personas de tu entorno que muestren un cierto interés por la cosa líquida. O, si eres de los míos (es decir, de los que informan gentilmente a los demás de lo que quieren encontrar debajo del árbol), una selección de regalos para ti.
(Antes de pasar a la lista propiamente dicha, unas palabras sobre Nightjar. Hace poco ya me maravillaba de la longevidad de todos esos bares que celebran estos días su décimo aniversario, pero ¿qué decir de 15 años? Nightjar es toda una lección: entre 2010 y 2012, todos los profesionales del mundo hicieron el peregrinaje para ver a Marian Beke y probar sus cócteles. Era el bar más copiado del mundo, y es absolutamente imposible entender la carrera de algunos bartenders españoles si no es como un intento torpe de copiar a Beke y a Nightjar. Beke dejó el barco hace mucho tiempo, pero Nightjar sigue lleno noche tras noche. Edmund Weil y Rose Stimpson, los propietarios, han logrado navegar por numerosos momentos difíciles y demostrar que, si las cosas se hacen con cabeza, se puede sobrevivir, a base de trabajo bien hecho, mucho después de haber sido el bar de moda.)
Ideas para la cesta:
Libros
Hace unas semanas, en una mesa redonda en FIBAR, me preguntaban cómo explicaba la ausencia casi absoluta de prensa especializada en España. Mi respuesta fue bastante simple: ustedes (la industria del bar, la gente en general) no leen. La mejor manera de resolver este problema es regalando libros. Preferiblemente con imágenes, para que los no lectores no se sientan excluidos. Este año, la mejor opción es sin duda The Comic Book History of the Cocktail, de David Wondrich. No encontrarás un mejor resumen de la historia del cóctel y la destilación. Es divertido y tiene muchos dibujos. Desafortunadamente, está en inglés, pero de todos modos solo vas a mirar las imágenes, ¿no?
Otro libro muy ilustrado, pero bastante denso (y escrito en español), que ha llamado mi atención este año es Tiki Mugs: Pociones formidables, de Martín Tummino, un libro que cuenta la historia de los vasos tiki, de los cócteles que se servían en ellos y de los bares donde se encontraban. Un libro lleno de información, muy agradable de leer. Sin duda, será más fácil de encontrar en América Latina que en España.
Me imagino que algunos lectores también son aficionados a la cerveza. Les recomiendo sin dudarlo El sentido de la birra, de Jonny Garrett. En los últimos años, numerosas obras populares se han centrado en la influencia que un producto concreto ha tenido en la historia mundial. Garrett aplica este enfoque a la cerveza y nos explica el papel a veces inesperado que ha tenido a lo largo de los siglos y hasta qué punto, como dice el editor, la cerveza nos ha hecho más a nosotros que nosotros a ella.
Finalmente, y como la caridad bien entendida empieza por uno mismo, como se dice en Francia, te recomiendo por supuesto Madrid Cocktail, del que te hablaba la semana pasada, que gustará tanto a los aficionados a la historia de Madrid como a los entusiastas de los cócteles de todo tipo, y Mueble Bar, que sigue siendo, modestia aparte, el mejor manual imaginable para comprender el cóctel clásico. ¡También te recuerdo la existencia de 101 Cocktails to Try Before You Die: no solo es un libro perfecto para aprender inglés, sino que además una de cada dos páginas es una foto!



Botellas
Ginebra
Para el aficionado a la ginebra, el cóctel es ante todo una reeducación. Acostumbrado como está a elegir entre ginebras florales, cítricas, secas, o afrutadas, y a pagar premium y super premium, olvida que la ginebra es 1) enebro, 2) mucho alcohol y 3) fácil de producir. Por lo tanto, pagar mucho más de 15 euros por la ginebra que vas a usar para tu Southside, tu Dry Martini o tu Gimlet no tiene, si lo piensas bien, mucho sentido.
Y en ese rango de precios, la mejor ginebra del mundo es sin duda la Tanqueray, y punto. Es cierto que ya no tiene 47.3%, pero incluso con 43.1%, sigue siendo la más fuerte de las ginebras más baratas. Regalar Tanqueray es una declaración de intenciones. Viene a decir a la persona obsequiada: «Se acabaron las tonterías, es hora de que te tomes las cosas en serio».
Por supuesto, entiendo que, si tu pasión es el Dry Martini, existe la tentación de gastar una fortuna para conseguir una ginebra más potente y con más carácter. Debo confesar que últimamente me he sentido más que seducido, francamente noqueado, por Dry Martinis con Gin MG (40%) o con la Bombay clásica (37.5%). Vamos: que no hace falta gastar más. Pero si quieres armamento pesado, por unos treinta euros tienes la Old Raj (55%) y por cincuenta, la Beefeater Crown Jewel (50%), el Rolls Royce de la ginebra que te tumba con una sonrisa.
Whisky
La marca de espirituosos más vendida en los últimos años en España es una marca de ron. La categoría más de moda, según los medios, es el tequila, tras años de dominio de la ginebra. Aun así, en realidad, el trono del whisky nunca ha sido amenazado: es la categoría reina del mercado español. Sin embargo, si en el caso de la ginebra es hora de volver a lo básico, el problema del whisky es diferente: aquí sí que urge gastar más, ya que el whisky de calidad es caro y no se vende. España es un país de J&B, Cutty Sark y 100 Pipers. Por eso he optado por recomendarte tres whiskies de los que no se suelen usar para mezclas. (Dicho esto, si quieres hacer un Rob Roy o un Bobby Burns, cómprate una botella de Monkey Shoulder, un blend escocés de calidad diseñado especialmente para eso).
Si quieres regalar —o recibir— un whisky de calidad que se salga de las tres o cuatro referencias que los supuestos aficionados beben cuando deciden gastar más de treinta euros, te recomiendo dos opciones catadas en la primera edición del Whisky Live Madrid.
Bueno, no son exactamente dos, ya que la primera de ellas, el Bikkun Vatted Malt de Basque Moonshiners, se presenta en numerosas ediciones: se trata de una colección de colaboraciones con destilerías internacionales o cerveceras artesanales. Por lo general, el Single Malt emblemático de la destilería vasca, envejecido en barricas de vino de Rioja Alavesa, se ensambla con otros whiskies o se somete a acabados especiales. La referencia base de la colección se elabora, por ejemplo, con malta ahumada escocesa. Según la edición, el precio oscila entre los 45 y los 70 euros.
Penderyn Single Malt Portwood es la otra referencia que me llamó la atención: este whisky galés tiene un acabado en barrica de Oporto, lo que da como resultado un destilado muy asequible cuyas notas de cuero y chocolate lo convierten en una opción perfecta para el final de una comida festiva. Su precio varía (entre 70 y 85 euros), pero los madrileños están de suerte: en Enoteca Barolo solo cuesta 60 euros.
Finalmente, si lo tuyo es lo clásico y atemporal, y si buscas algo para todos los paladares, olvídate de nombres de moda o demasiado conocidos y vuelve a las esencias. Por menos de 100 euros, el Glenfarclas 15 años —un Speyside en todo su esplendor, afrutado y con notas de jerez— es una excelente puerta de entrada para aquellos que quieran profundizar en el mundo del whisky.



Vermouth
Terminemos con una última sugerencia: el vermut más antiguo de Madrid, Zecchini (llamado As hasta los años 70). Por apenas 12 euros, su vermut Fórmula Original quizás no sea el ideal para elaborar cócteles clásicos, pero es una opción perfecta para el aperitivo y puede servir para recrear el Vermut Chin Cocktail que encontrarás en la página 54 de Madrid Cocktail.
Y aquí está, quizás, la cesta ideal: Madrid Cocktail, Zecchini Fórmula Original, Tanqueray London Dry Gin, almendras y aceitunas. Unos cuantos domingos de pura felicidad para empezar el año.
Recuerda: el mejor libro del mundo se llama Mueble Bar y comprarlo es imprescindible.
François Monti es el autor de Mueble Bar y lleva más de una década recorriendo los mejores bares del mundo. Y cuando no está viajando, se está preparando cócteles en casa. Más tarde, escribe sobre la experiencia. Es el autor de otros tres libros, incluyendo El gran libro del vermut y 101 Cocktails to Try Before You Die, y ha colaborado en muchas publicaciones internacionales. Su trabajo ha sido nominado a varios premios, entre los cuales se encuentran los World Gourmand Book Awards o el Best Cocktail & Spirits Writing en los Spirited Awards (los Oscar de la mixología). Desgraciadamente, no ha ganado ninguno, así que no le queda más remedio que seguir bebiendo para escribir. Monti también se dedica a la formación. Es docente del Master Wine & Spirits Management en el Kedge Business School en Francia y ha impartido conferencias alrededor de todo el planeta en los eventos más importantes del sector. Ya que también tiene que comer, es socio de la agencia de estrategia Amarguería. Desde el 2020, Monti es el Academy Chair para España y Portugal de The World's 50 Best Bars. Según la revista Drinks International, es una de las 100 personas más influyentes de la industria del bar a nivel global.







Excelentes sugerencias para los regalos navideños, querido maestro. Solo eché de menos un vermú para el dry martini...