Algunas personas son incapaces de no poner rectos los cuadros torcidos, incluso en paredes ajenas. Dejarlos como están les produce una angustia que les resulta más difícil de aguantar que la mirada escandalizada de su anfitrión si los coge en el acto. A mí me pasa con el maltrato de los clásicos de la coctelería. Me perturba —y mucho— que llamen Daiquiri a un Ron Sour hecho con ron jamaicano, por muy bueno que sea el resultado; no entiendo la perversión que lleva algunos a llamar Martinez a un trago a base de London Dry; me hiela la sangre cuando pido un Boulevardier (con bourbon) y me dan un Old Pal (con centeno); me desespera el Sazerac servido sobre hielo y me deja muy perplejo esta costumbre tan madrileña de decir ‘Gin Fizz’ cuando quieres un Silver Fizz.
Excelente artículo del que se puede aprender mucho. Reconozco humildemente que soy de los que sirven un gin fizz con hielo en vaso highball, aún sabiendo que el original es así, a algunos clientes se lo explico, a otros no. No todos tienen la suficiente cultura sobre coctelería como para distinguir ciertos detalles y que además quieren un cóctel que les dure, es decir, trago largo, y de ahí que se lo sirvamos de esa forma. Al profano en coctelería lo vamos introduciendo en este mundo poco a poco, sin presiones y educándolo despacio. Ahhh, y reconozco que el sazerac también lo sirvo con hielo. Pero ya tiene mérito que en una población de 15000 habitantes, un pueblo del norte, haya clientes que te pidan un sazerac, algo que hace muy pocos años era impensable. Seguiremos trabajando para introducir la coctelería poco a poco, y para los que vienen de fuera y conocen este mundo, pues lo de siempre, hablando con ellos deducimos qué y cómo debemos hacer ese cóctel que ellos ya conocen.
Excelente artículo del que se puede aprender mucho. Reconozco humildemente que soy de los que sirven un gin fizz con hielo en vaso highball, aún sabiendo que el original es así, a algunos clientes se lo explico, a otros no. No todos tienen la suficiente cultura sobre coctelería como para distinguir ciertos detalles y que además quieren un cóctel que les dure, es decir, trago largo, y de ahí que se lo sirvamos de esa forma. Al profano en coctelería lo vamos introduciendo en este mundo poco a poco, sin presiones y educándolo despacio. Ahhh, y reconozco que el sazerac también lo sirvo con hielo. Pero ya tiene mérito que en una población de 15000 habitantes, un pueblo del norte, haya clientes que te pidan un sazerac, algo que hace muy pocos años era impensable. Seguiremos trabajando para introducir la coctelería poco a poco, y para los que vienen de fuera y conocen este mundo, pues lo de siempre, hablando con ellos deducimos qué y cómo debemos hacer ese cóctel que ellos ya conocen.
Un saludo maestro.