El 2 de enero me desperté en un pueblo andaluz, cogí el tren a Madrid y pasé un día entero de reuniones. Luego fui a Chicote, Momus, JW Marriot, (tal vez) Salmon Guru y finalmente Santos. Cuando por fin llegué a casa, no tenía ni las llaves ni el teléfono. El alcohol me calentaba las venas pero la noche estaba helada. Afortunadamente, el taxista volvió a los dos minutos: se había dado cuenta que había dejado mis pertenencias en su vehículo. Al día siguiente, al no haber tenido que dormir en un banco, tenía fuerzas para una nueva ruta: Salmon Guru, Guru Lab, Viva Madrid, Devil's Cut, Pensión Mimosas y Fluid.
Undry January.
Los tres últimos bares de esta larga lista son nuevos: todos tienen menos de seis meses. Este mes he visitado otros tres bares nuevos de Madrid. Seis en total. Son muchos. Ya mencioné Devil's Cut en mi lista de los mejores cócteles del año hace tres semanas. El bar de Shingo Gokan cada vez da más que hablar (la semana pasada incluso estuvieron en directo en TeleMadrid desde Fitur) y es sin duda uno de los mejores sitios para beber en Madrid ahora mismo (y no lo digo sólo porque Amarguería trabaje con ellos).
Pensión Mimosas es el proyecto de varios veteranos de la coctelería barcelonesa, entre ellos Juanillo Falcón (Creps al Born, etc) y Marc Álvarez (Sips y Boadas). Tiene un poco de gimmick: para entrar hay que pasar por un mostrador de pensión atendido por una encargada malhumorada. Está claro que queda un público amplio para este tipo de ‘clandestinidad’ y de juego. De momento, sólo está abierto el bar de la planta baja, regentado por Alessio Beltrami (ex Paradiso y Maybe Sammy), donde la oferta de bebidas incluye «clásicos» de los años 70 y 80, azules o no. Lo que probé estaba bien equilibrado, el ambiente es divertido y el potencial del proyecto es evidente. Fluid, por su parte, es otro proyecto del mismo equipo. Abrieron un bar justo en el mismo espacio donde, durante apenas seis meses, Yeite iluminó las noches madrileñas con una luz intensa y muy particular. Los de Fluid apenas cambiaron el bar, que conserva la barra de Yeite, una de las más llamativas de Madrid. La oferta líquida será desarrollada íntegramente por Álvarez.



Estas semanas también pasé por El Anfitrión, el nuevo bar del grupo Larrumba, escondido en la parte trasera del bistró Chez Madrid, que abrió justo en Neptuno. El espacio es muy elegante y la oferta de Carlos Moreno es un poco más clásica que la de Harrison 1933. Y como se ha dicho que sólo me gustan los cócteles duros y amargos, me apresuro a añadir que mi cóctel favorito fue el twist de Piña Colada con piña asada, licor de coco y arroz con leche y cordial de piña. Un poco más arriba en el mismo barrio, en la Plaza Matute, Luca Izzo ha abierto Hemingway, una réplica del bar del mismo nombre en Barcelona. El local es pequeñito y me tomé uno de los mejores Old Fashioned de los últimos meses, fuera de carta (la selección de ginebras y whiskies americanos es excelente).
Hablando de locales diminutos, probablemente sea el momento de mencionar Cheequitin. Entre todas las nuevas aperturas madrileñas, es la que más rápido se ha colado en mi rotación habitual de bares. Y no solo porque esté a cinco minutos de la oficina. Tiene capacidad para doce personas y su carta se compone de pequeños cócteles (menos de 9cl) maridados con tapas. Pero no te preocupes, si no quieres las tapas o si quieres el cóctel de tamaño completo, es posible. Y si quieres salirte de la carta, también es posible. De hecho, Marwan Chagouri y Peter Maliszewski, antiguos barmans del Gil's de la calle Modesto Lafuente, siempre están dispuestos a adaptarse a tus preferencias. En mi última visita (bueno, ya penúltima), me gustó especialmente el Sweet Peat, una mezcla de whiskies irlandeses, vermuts, licor de frambuesa y cordial de pimienta. También muy bien su ‘Daiquiri’ de ron de piña.



El primer viaje del año me llevó a Gran Canaria, donde pude ver qué se traía entre manos Raimondo Palomba, que hace unos años puso en el mapa el Atelier del hotel Bohemia de Playa del Inglés. Ahora, al frente de los bares del grupo Lopesan, está desarrollando varios proyectos ambiciosos. Suru, en el hotel Faro de Maspalomas, es el que más se acerca a su trabajo en Atelier, con cócteles modernos basados en sabores fáciles de entender pero técnicamente bastante ambiciosos. Dará que hablar. Pero fue en el Bar Central del Costa Meloneras donde tomé los dos mejores cócteles de la visita: un auténtico Daiquiri de impecable balance y un Mojito a la cubana (corto, aperitivo y sin hielo picado). Tuve el placer de visitar Cuba con Palombo en 2019 y estoy encantado de ver que su pasión por los clásicos de los cantineros sigue intacta.
Finalmente, acabé enero en Barcelona sin tener la oportunidad de visitar ninguno de los bares nuevos. Me conformé con viejos favoritos. En Boadas, el Boadas es una muestra bastante perfecta de lo lejos que hemos llegado desde que Simone Caporale y Marc Álvarez se hicieron cargo del bar. Antes, los Boadas (una receta a partes iguales de ron, curaçao y Dubonnet) eran, digamos, de calidad variable. A menudo demasiado dulce y no siempre de temperatura idónea. Ahora el cóctel se ha reequilibrado magistralmente y ya es un imprescindible. Entre le color del uniforme, el cambio de horario y lo que algunos han llamado la decatanalización del bar, se siguen escuchando quejas sobre el nuevo Boadas. Que los perros ladren: sigue siendo un imprescindible donde hace años que no se bebía tan bien con tanta regularidad.


Por supuesto aproveché la visita para dar un saltito (o dos) a 14 de la Rosa. Todo bien, como siempre. Los que conocéis el bar sabéis con qué sabiduría Dean Shury y su equipo tratan los clásicos que retocan para la carta. La muestra de la grandeza del bar también se encuentra en la mano con la cual tratan las peticiones de fuera de carta. El Hanky Panky (gin, vermut rojo dulce y fernet) del otro día era magistral.
A nivel de restaurantes, arranqué el mes en el Rambal de Narciso Bermejo. Para los que no conozcan a Bermejo, es un veterano del cóctel madrileño: pasó por O’Clock, lanzó Macera, estuvo en Martínez y Palentino y otros tantos proyectos. Ahora ha pasado a cocina, y parece que le va muy bien con su fórmula cerrada de menú del día basado en ensaladas con productos de primera calidad y platos de cuchara. Y terminé el mes en Manifesto 13, manifiestamente de moda, donde el joven Raúl Bordon propone una serie de cócteles de ingredientes arriesgados pero que apuntan maneras.
Dicho esto, la mejor comida del mes la tuve en Lakasa, donde no hay cócteles. Pedimos el menú de caza de Lakasa y creo que queda mejor por escrito: será por mi acento pero cuando lo digo en voz alta nadie me entiende.


Charlas con un habano
Si tenéis media hora, os invito a ver la entrevista que me hicieron en el Club Pasión Habanos. Hablamos de habanos, por supuesto, pero también de escritura, de cócteles y de destilados.
Recuerda: el mejor libro del mundo se llama Mueble Bar y comprarlo es imprescindible.
François Monti es el autor de Mueble Bar y lleva más de una década recorriendo los mejores bares del mundo. Y cuando no está viajando, se está preparando cócteles en casa. Más tarde, escribe sobre la experiencia. Es el autor de otros tres libros, incluyendo El gran libro del vermut y 101 Cocktails to Try Before You Die, y ha colaborado en muchas publicaciones internacionales. Su trabajo ha sido nominado a varios premios, entre los cuales se encuentran los World Gourmand Book Awards o el Best Cocktail & Spirits Writing en los Spirited Awards (los Oscar de la mixología). Desgraciadamente, no ha ganado ninguno, así que no le queda más remedio que seguir bebiendo para escribir. Monti también se dedica a la formación. Es docente del Master Wine & Spirits Management en el Kedge Business School en Francia y ha impartido conferencias alrededor de todo el planeta en los eventos más importantes del sector. Ya que también tiene que comer, es socio de la agencia de estrategia Amarguería. Desde el 2020, Monti es el Academy Chair para España y Portugal de The World's 50 Best Bars. Según la revista Drinks International, es una de las 100 personas más influyentes de la industria del bar a nivel global.